domingo, 23 de marzo de 2014

¿Por qué siempre tenemos que encontrar una respuesta -satisfactoria- a todas nuestras preguntas?


Porque, tratando de encontrar algo con lo que contestar a todas nuestras preguntas, nos llevaríamos ciertas decepciones, más o menos a menudo, dependiendo de cuanto afán ponga nuestro cerebro en analizar todo lo que pasa a su alrededor. Pero, si lo que perseguimos es encontrar una respuesta que nos parezca placentera para todas las cuestiones que nos rondan la cabeza, estamos eternamente condenados al fracaso. Sea la nuestra una conciencia curiosa y persistente o despreocupada.
Y pasa que la mía es del primer grupo. Y necesita sentir constantemente que todo está en su lugar. Y se juzga e hiere constantemente, y busca refugio en el lugar menos adecuado, sea remoloneando y negándose a moverse del origen del daño, o bien yendo en busca del más cercano: una balada triste, unas fotos antiguas, una historia idílica.. Este trozo de papel.

Y sentirse así no mola. Para nada. Y que, además de la carga que te toca soportar ya de por sí, te exijan aún más, es aún peor. Ingenuidad, desconocimiento, inocencia. ¿Y ellos, qué sabrán?
¿Por qué nos empeñamos siempre en exigirnos gustar a todo el mundo? ¿Por qué intentamos permanentemente ser comprendidos? Deberíamos rendirnos a los hechos: es imposible. Y cuantas más vueltas le demos, más injusto e ilógico nos parecerá.


2 comentarios:

  1. Ara em sento tan tu i tan jo i tan no-sé-què que ah.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Acabo de veure això right now. Adoro veure comentaris teus en les meves entrades. Però més encara adoro els teus dits sobre el bolígraf/teclat de l'ordinador. Així que ja saps...

      Eliminar